miércoles, 18 de junio de 2008

NOTINORTE - Qué es Terapia CraneoSacral?

La vida agitada que llevamos y las preocupaciones nos llevan irremediablemente a padecer de la enfermedad de moda del siglo, el famoso estrés y esto ocasiona una serie de trastornos psicológicos y físicos que debilitan  nuestro organismo, afortunadamente existen terapias alternativas que nos ayudan a superar estos males y permiten que el cuerpo se libere de sus enfermedades.
Según la Dra. Sandra Balseca, la terapia sacro-craneal es un suave, delicado y profundo trabajo corporal que restablece el equilibrio psicosomático y potencia el poder de autocuración de nuestro cuerpo.  No es una técnica de masaje, sino un trabajo corporal sobre el sistema nervioso que, mediante las manos del terapeuta, elimina bloqueos energéticos.

¿Cómo se logra la liberación de bloqueos?

La Dra. Balseca indica que con esta terapia se logra llegar a la raíz del problema "Muchos pacientes se someten a la terapia sacro-craneal por algún dolor no trastorno concreto, otros quieren vivir la vida más plenamente y profundizar en sus miedos o tensiones.  Con la primera sesión se puede evaluar y saber en que zona del cuerpo hay que empezar a trabajar.  A medida que se profundiza, durante las siguientes sesiones, se puede llegar al núcleo del problema.  Parte de ese proceso es la liberación de las emociones bloqueadas en el cuerpo y la psique del paciente.  Muchos síntomas como dolores crónicos o trastornos físicos y psicológicos tienen su origen en accidentes, agresiones, traumas de nacimientos y otros.  Las huellas de estos impactos se quedan retenidas en nuestro cuerpo, el cual se ha adaptado a la situación anómala.  Con la ayuda de las manipulaciones del terapeuta (y con la manipulación del paciente) se pueden liberar estas áreas de bloqueos para restablecer el flujo energético corporal".

¿En que casos esta indicada esta terapia?

La terapia cráneo-sacral ayuda a aliviar un  sin número de enfermedades, dolores y disfunciones como: dolores de cabeza y migrañas, dolores de cuello y espalda, bloqueos emocionales, traumas de nacimiento y de la infancia, problemas de estrés y de ansiedad, tensiones mandibulares.  Parálisis cerebral, epilepsia, dislexia, algunos casos de autismo y niños hiperactivos.  No se aconseja a personas que han sufrido derrames cerebrales.